(CNN) — Con unas pocas palabras, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dio la señal más clara hasta la fecha de que sus fuerzas comenzaron su tan esperada campaña para recuperar franjas de territorio tomadas por las fuerzas rusas.
El presidente dijo que «se están llevando a cabo importantes acciones defensivas contraofensivas en Ucrania», pero no dio más detalles.
Durante mucho tiempo se ha especulado con la posibilidad de una contraofensiva ucraniana, sobre todo porque las autoridades de Ucrania han hablado de ella.
Pero la idea de una contraofensiva puede ser engañosa, pues da la impresión de que hubo un discreto antes y después de la campaña.
En realidad, Ucrania lleva meses ablandando a las fuerzas rusas y ya realiza esfuerzos para recuperar territorio. Además, como los ucranianos se empeñan en subrayar, las acciones de sus fuerzas armadas responden a una invasión.
Por eso a los funcionarios ucranianos les gusta subrayar -como hizo Zelensky con su cuidada forma de expresarse el sábado- que todas sus acciones deben considerarse defensivas.
A pesar de todo, el conflicto está entrando en una nueva fase, que puede decidir su desenlace final. He aquí algunos de los factores que están en juego.
Mirar al sur
A diferencia de los fluidos meses iniciales del conflicto, cuando Rusia intentó apoderarse de la capital ucraniana, Kyiv, y de otras ciudades importantes, la línea del frente en Ucrania se asienta ahora en el sur y el este.
Esto significa también, como reconocen los funcionarios ucranianos, que la nueva campaña no contará con el elemento sorpresa, como ocurrió durante el asalto a la región de Járkiv el pasado mes de septiembre.
Tras recuperar Járkiv y Jersón, la región meridional de Zaporiyia será probablemente el principal objetivo del Ejército de Ucrania. Este mes intensificó sus actividades en la zona.
Los avances de las fuerzas ucranianas en Zaporiyia podrían asestar un duro golpe a la campaña rusa en general. Se considera un objetivo primordial para Ucrania romper el corredor terrestre de Rusia desde el Donbás ocupado hasta Crimea, anexionada ilegalmente en 2014.
En cuanto a sus objetivos, Kyiv ha dicho sistemáticamente que quiere recuperar todo el territorio controlado por Rusia.
En un discurso pronunciado a principios de año, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo que eso incluía a Crimea.
«No es una intención, es nuestra tierra. Crimea es nuestro mar y nuestras montañas», dijo Zelensky.
Si ese objetivo es alcanzable sigue siendo una gran incógnita.
Rusia se atrincheró, pero es vulnerable
Rusia esperaba desde hace tiempo la contraofensiva ucraniana, lo que dio al Ejército de Putin varios meses para preparar el terreno y construir un elaborado arsenal defensivo.
Las imágenes por satélite muestran el alcance de la fortificación rusa. Estas incluyen capas de zanjas antitanque, obstáculos, campos de minas y trincheras.
Estas defensas se extienden a lo largo de cientos de kilómetros por todo el serpenteante frente. Atravesarlas resultará difícil.
Funcionarios ucranianos relatan con frecuencia a los habitantes de las zonas ocupadas, como Mariúpol y Berdiansk, el paso de largos convoyes rusos y la apropiación de decenas de edificios como alojamientos militares.
Ucrania lleva a cabo las denominadas operaciones de configuración para sentar las bases de su ofensiva, al interrumpir las líneas de suministro rusas, destruye depósitos de munición y ataca infraestructuras de combustible.
Además, desde hace tiempo se reportan luchas internas rusas, con especial fricción entre el grupo mercenario Wagner y la cúpula militar del Kremlin.
Los pequeños logros de Rusia, especialmente en comparación con los ambiciosos objetivos iniciales de Putin en la guerra, han tenido un coste enorme, diezmando las unidades de primera línea y privando a muchas de mano de obra, así como de una experiencia de importancia crítica.
Bakhmut sigue en juego
A pesar de que Wagner reivindicó la victoria en la ciudad oriental de Bakhmut y la devolvió a las fuerzas rusas, la ciudad sigue siendo un punto álgido.
La caída de la ciudad supuso una rara ganancia para Rusia, pero recientemente las fuerzas ucranianas afirman haber realizado progresos limitados en la reconquista de terrenos al noroeste y suroeste.
Es posible que Ucrania esté utilizando la ciudad para debilitar a Rusia en otros lugares al desviar sus recursos, lo que también puede haber sido el objetivo de la incursión de combatientes disidentes rusos en su país de origen.
Aunque no hay cifras oficiales, está claro que la toma de Bakhmut tuvo un costo enorme para Rusia.
Los servicios de inteligencia de la OTAN estiman que por cada soldado ucraniano muerto en la defensa de Bakhmut, las fuerzas rusas perdieron al menos cinco.
Ucrania dispone de nuevas armas
Ucrania mejoró su armamento antes de la contraofensiva.
El Reino Unido entregó a Ucrania varios misiles de crucero «Storm Shadow» y dotó al país de una nueva capacidad de ataque de largo alcance.
Con un alcance de más de 250 km (155 millas), se queda corto respecto a la capacidad de 300 km (185 millas) de los Sistemas de Misiles Tácticos del Ejército de Tierra, o ATACMS, de fabricación estadounidense, que Ucrania llevaba tiempo pidiendo.
Ucrania también recibió al menos dos sistemas Patriot, uno de Estados Unidos y otro de Alemania, para mejorar sus defensas aéreas, que hasta ahora eran incapaces de interceptar los misiles rusos más modernos.
Como prueba de su nueva destreza, el mes pasado Ucrania utilizó por primera vez un sistema de defensa antiaérea Patriot de fabricación estadounidense para interceptar un misil hipersónico ruso, marcando un momento potencialmente crucial en el conflicto.
Además de equipamiento militar, Estados Unidos anunció un paquete de ayuda de US$ 1.200 millones a Ucrania para apoyar el lanzamiento de su contraofensiva.
El tiempo corre
Un interrogante se cierne sobre la duración del apoyo internacional a Ucrania.
Se acercan las elecciones estadounidenses del año que viene, y los comentarios del expresidente Donald Trump durante un foro de CNN plantean la posibilidad de que el hasta ahora firme apoyo de Estados Unidos a Ucrania pueda llegar a su fin.
Durante el foro, Trump se negó a decir quién quería que ganara el conflicto, en su lugar dijo que quería que «todo el mundo dejara de morir».
Cuanto más dure la guerra, más probable es que crezcan las divisiones entre los aliados de Ucrania, algo que jugará a favor de Rusia.
Si la guerra acaba en negociaciones o en tablas, Ucrania querrá tener ventaja. Tratará de obtener el máximo beneficio posible de la contraofensiva, y rápido.