una reaparición, un nuevo pacto y una pesadilla

La 1 de TVE emite a partir de las 17.30 horas una nueva entrega del serial de época que reúne cada tarde a más de un millón de espectadores

Paula Losada y Arturo Sancho son Jimena y Manuel, un matrimonio malavenido, en ‘La Promesa’ RTVE

Óscar Rus

Tras más de 200 episodios de ‘La Promesa’, Manuel (Arturo Sancho) parece estar abriendo los ojos finalmente. El ahora primogénito de los marqueses de Luján siempre ha defendido a su madre, Cruz (Eva Martín), de toda acusación sobre ella. Ha tenido que ser Jana (Eva Garcés) y Rómulo (Joaquín Climent), sus subordinados, quienes le han hecho dudar sobre las buenas intenciones de la marquesa de Luján.

¿Está Cruz detrás de la desaparición de Ramona (Inma Pérez Quirós)? La marquesa cometió el error de dejar su abanico en la casa de la curandera… Manuel también ha preguntado a Rómulo por la relación entre Cruz y Ramona. El mayordomo jefe le contó que Ramona no era santo de devoción de Cruz, a pesar de que esta le asegurase de que había recurrido a la curandera cuando Leonor era niña (Alicia Bercán).

No es el único frente del galán de ‘La Promesa’ después de que su mujer, Jimena (Paula Losada), perdiera el supuesto bebé que estaba esperando. ¿Descubrirá Manuel que Jimena se inventó su embarazo y que su cómplice es su amigo, el médico Abel (Alejandro Vergara)?

Avance del capítulo 217 de ‘La Promesa’ este martes 25 de octubre

El regreso de Ramona a Luján es un alivio para Jana, pero deben resolver todas las incógnitas en torno a su desaparición. Será Curro quien la visite, pero el chico encontrará más incógnitas de las que había antes. La misteriosa y rápida recuperación de Jimena sigue sorprendiendo a Manuel, especialmente por una extravagante propuesta de su esposa. Lo que él no sabe es que Jimena y Cruz volverán a unir fuerzas para ir en contra de sus deseos. Mauro verá cómo su deseo de ser mayordomo empieza a hacerse realidad conforme se acercan sus lecciones con Rómulo. Lo que el lacayo no sabe es que los sueños, a veces, se convierten en pesadillas. Pesadilla constante es la que vive Lope lejos de cocinas, pero al menos el negocio de las mermeladas parece ir bien. Catalina y Pelayo están muy contentos, aunque descubriremos que él tiene un lado oscuro que oculta con éxito a la muchacha.


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