Los sueños de la razón producen monstruos, y la vida institucional española ha cruzado ya tantos excesos que la escandalera ha devenido en ruido sordo, a veces imperceptible. Hoy, en la política las cosas no son lo que son, sino lo que pueden ser. Ya no hay contención, esa virtud de los buenos gobernantes y la herencia de Pedro Sánchez (y Pablo Iglesias) es la representación de la Política sobre un tablero de juegos que son nuestras instituciones. Si se puede hacer, se hace; ¿por qué no, si interesa? El mejor y último ejemplo es una amnistía impulsada sólo por necesidad (7 votos afirmativos) y jamás por convicción. Un exceso que algunos en el palacio de La Moncloa siguen viendo… Ver Más
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La institucionalidad salta por los aires. ¿Qué pasaría si…?
