Inyecciones de bótox, lo nuevo para combatir la calvicie común

La caída del pelo es, seguramente, el problema estético que preocupa a un mayor número de personas, sobre todo, cuando se convierte en algo habitual y alarmante provocando calvicie o gran pérdida de densidad y volumen. Aunque afecta en mayor medida a los hombres, las mujeres también sufren, cada vez más, diversas alopecias. Por eso la llegada de un nuevo tratamiento es una noticia estupenda. Los doctores Pedro Jaén y Sergio Vaño, jefe del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid y jefe de la Unidad de Tricología del mismo centro sanitario, respectivamente, recogen las últimas novedades en el tratamiento de la alopecia androgénica (la calvicie común) en la segunda edición del Manual Práctico de Tricología #TRICOHRC. Y entre esas novedades, destaca la inclusión de la toxina botulínica para tratar la alopecia androgenética en hombres y en mujeres.

Las inyecciones de toxina botulínica, conocida popularmente como bótox, son el tratamiento más conocido de la medicina estética. Esta toxina permite relajar de forma temporal la contracción de los músculos faciales, corrigiendo así las arrugas y líneas de expresión. Generalmente se aplica en el tercio superior del rostro, para tratar las arrugas de la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Sin embargo, el bótox tiene otras muchas aplicaciones como el tratamiento de migrañas, bruxismo, incontinencia urinaria, exceso de sudor, problemas de la piel como el acné y la rosácea… y ahora también la alopecia. Hay que matizar que nada tiene que ver este tratamiento con un protocolo que se ha popularizado en los últimos años en las peluquerías, el bótox capilar, una solución estética que no contiene toxina botulínica.

¿Cómo funciona el bótox para tratar la calvicie?

El doctor Sergio Vaño explica a ABC que la toxina botulínica «tiene dos mecanismos: relaja la musculatura intracraneal, permitiendo que llegue más vascularización a los folículos pilosos, y además bloquea la secreción de una sustancia que inhibe el crecimiento folicular, la TGF beta. Aunque aún hacen falta más estudios, los resultados preliminares de aplicar toxina botulínica para tratar la alopecia androgenética son buenos, permitiendo que mejore la densidad capilar».

El dermatólogo nos cuenta que este nuevo tratamiento se puede aplicar solo o «en combinación con los tratamientos clásicos, concretamente minoxidil y antiandrógenos». Es decir, las inyecciones de bótox serían una nueva opción a lo que ya se ha demostrado que funciona para revertir la caída del pelo, siempre que se trate de una alopecia androgenética, que es, por otra parte, la más predominante, y que puede originarse por causas genéticas o desequilibrios hormonales. Es la alopecia que afecta más a los hombres (aunque también a las mujeres) y que suele iniciarse con la pérdida del pelo en zonas concretas como las entradas y la coronilla.

El doctor Segio Vaño comenta que «aunque se necesitan más estudios, parece que dos sesiones anuales de inyecciones con toxina botulínica podrían ser necesarias para mejorar la densidad capilar, y en casos seleccionados, frenar la caída del pelo».

En cualquier caso, ante una caída de pelo alarmante, lo primero que hay que hacer es ponerse en manos de un médico especialista, un dermatólogo experto en tricología, para que pueda valorar el caso de forma individual y proponer el mejor tratamiento en cada caso.



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