“Cada vez recibimos más casos sospechosos de sumisión química”

La creencia popular clasifica la ciencia forense como salas de disección frías, donde cuerpos abiertos y cámaras frigoríficas son víctimas de crímenes horribles. Nada podría estar más lejos de la verdad. La labor de los especialistas que trabajan en el Instituto de Ciencias Jurídicas y de la Justicia (IMLCF) de Córdoba va mucho más allá de los exámenes anatómicos post mortem, que representaron apenas el 4,4 por ciento de las actuaciones del año pasado.

Más precisamente, de las 7.246 intervenciones realizadas por el instituto en 2023, sólo 321 fueron autopsias. Así, entre las funciones de un patólogo forense se encuentra ayudar a jueces, fiscales y tribunales en la elaboración de informes clínicos y autopsias. El director del IMLCF, José Sáezal, al frente desde 2007, analiza los resultados del informe de 2023 del organismo técnico dependiente del Ministerio de Justicia, Administraciones Públicas Locales y Función Pública de ABC.

– El año pasado, el IMLCF diagnosticó a 133 víctimas de presuntos delitos contra la libertad sexual. Esta cifra es casi cuatro veces la cifra de 2010, cuando sólo se registraron 36 personas.

– Así es. El crecimiento ha sido más pronunciado en los últimos años, siendo este último el mayor y más significativo. En general los expertos han evolucionado mucho, y con ellos el trabajo que hacemos; por ejemplo, la participación en pruebas preestablecidas en víctimas especialmente vulnerables, como menores, mujeres víctimas de violencia sexual o personas discapacitadas.

– Existe un protocolo de actuación ante la denuncia de acoso sexual. El hospital que trata a la víctima se pone en contacto con el tribunal para activarnos y el perito médico forense examina al médico lo antes posible para que no sea necesario repetir los exámenes. Se realiza la parte clínica y pericial, la adecuada recolección, preservación y conservación de la muestra hasta su envío al Instituto Nacional de Toxicología, quien remite los resultados al tribunal.

– ¿Se aumentará la recogida de muestras para denuncias relacionadas con productos químicos durante el acoso sexual?

– Sí, cada vez tenemos más casos sospechosos. Aquí tomamos muestras de sangre (dos viales) y de orina (uno) y, si es necesario, de cabello. Esta intervención es siempre urgente. Los efectos y la presencia de sustancias en la sangre suelen desaparecer más rápidamente en la sangre que en la orina, aunque esto depende de la sustancia.

– Según los últimos datos del Instituto de Medicina Legal y Medicina Legal, hay más suicidios violentos que accidentes, y la mayoría de ellos son muertes por ahorcamiento.

– Siempre ha sido así. Es un tema en el que no nos centramos, pero los suicidios aún superan en número a las muertes accidentales. También se repite el método utilizado, que además es el más común en España, especialmente en las zonas rurales. Además, la proporción de hombres que deciden acabar con su vida es mayor que la de mujeres. El segundo lugar lo ocupan las precipitaciones. En cuanto al consumo de drogas, el año pasado no fue muy frecuente en la provincia: hubo cuatro suicidios.

-¿Siempre es posible determinar la causa de la muerte?

– En ocasiones se puede realizar una autopsia en blanco, en la que no se puede determinar la causa de la muerte, pero esto no suele ser normal. Hay ciertos casos que esperan mayores investigaciones y la causa se determinará luego de la presentación de los resultados de dichos informes. Así, la memoria habla de varios casos indefinidos, pero esto no quiere decir que no se conozcan, sino que se clasifican tras la obtención de los estudios antes mencionados.

– ¿Cómo se ha desarrollado la medicina forense? Porque se ha diversificado mucho, por ejemplo con disecciones moleculares.

-Existen dos tipos de autopsia: una es clínica, la otra es forense. Sus jueces son los que ejecuta el juez en caso de muerte violenta o sospecha de delito. Y luego están las clínicas que intentan averiguar qué pasó en caso de muerte natural. La autopsia molecular forma parte del cuadro clínico y puede revelar patologías cardíacas hereditarias que explican la muerte súbita sin causa evidente y ayudan a prevenir otras muertes. En IMLCF colaboramos con el Instituto Nacional de Toxicología, pero este tipo de actividad por sí sola va más allá de nuestras funciones.

– ¿Ha aumentado el interés por la especialidad con la recién inaugurada ruta MIR (2022)?

– Era necesario, porque era atípico que una especialidad no se ejerciera a través del MIR. Ahora hay que ponerlo en práctica, proponiendo cada vez más lugares. Además, sirve para crear una reserva especializada contra la escasez endémica y médica general. Esta es una especialidad atractiva; Aunque la idea es que somos médicos de muertos, hacemos muchas otras cosas.

Actualmente tenemos un convenio con la Universidad de Córdoba para que los alumnos de quinto grado puedan ver cómo trabajamos. Y a muchos estudiantes les gusta.

– ¿Tiene el IMLCF vías de investigación abiertas?

-No es una línea exclusiva y específica, sino que a través del Comité de Educación e Investigación colaboramos con el Departamento de Medicina Legal, que es una de nuestras organizaciones. Realizamos exámenes forenses; Algunos se han centrado en el consumo de drogas y los accidentes, o en el uso de sustancias químicas en delitos sexuales, aunque los recursos disponibles para la investigación son limitados.